NO SOMOS ECUADOR

El gobierno de Quito sigue publicando que los fallecidos en Guayas por la pandemia son apenas 207 (al 18 de abril 2020), a pesar de que cementerios y registro civil reflejan más de 10 mil muertes por encima de lo normal. La ministra Romo, Alexandra Ocles y compañía, pretenden desconocer que acá hemos tenido un terremoto de Manabí cada día (673 fallecidos) y ya van 15 terremotos en total. No cuentan los muertos de Guayas porque, para ellos, nuestros muertos no cuentan, no somos Ecuador.

Es verdad, Guayas no es Ecuador, acá llevamos contenedores de comida a Manabí cuando sucedió el terremoto. En Quito nos retienen donaciones, pruebas de COVID, mascarillas, medicinas, hospitales militares con oxígeno y robots, el pánico de enfermarse los hace actuar con inequidad criminal. Y encima, ahora quieren sacarnos más plata para seguir pagando la deuda de bonos vinculados y sueldos que la burocracia se paga muy por encima de los del sector real.

Antes de la pandemia, ya el modelo perverso de administración central nos había debilitado con una infraestructura de salud pública muy por debajo de Pichincha, en camas, médicos, enfermeras y auxiliares por mil habitantes, también en equipamiento. Extraen nuestros impuestos y se los gastan en ellos. La consecuencia es 3 años menos de esperanza de vida (75 acá vs 78 allá). Entendamos bien esto: a todos los 4.4 millones que vivimos en los 25 cantones de Guayas, el centralismo nos ha quitado en promedio 3 años de vida; si una vida es 75 años, podríamos “juntar” 25 de estos 3 años que nos quitan a cada uno y hacer “toda una vida” más. Como en Guayas hay 175 mil veces 25 personas, significa que los 3 años menos de esperanza de vida al nacer que tiene cada guayasense, son equivalentes a 175,000 vidas enteras: como que desaparezca toda la población de Babahoyo, capital de la provincia de Los Ríos; es como 17 años con pandemia. Y en Los Ríos es peor: tienen 4 años menos de vida promedio.

M.P. Romo y el gobierno central no ven esto, quizás porque no pueden ni vernos, para ellos no somos Ecuador, somos gente desordenada e irresponsable que el ente rector debe recriminar y maltratar, no consideran que la falta de educación de algunos es porque desde Quito invierten en Guayas la mitad per cápita y por siglos se han robado la fracción de las becas que nos corresponden. No entienden que estar confinados sin comida es como decirle a la gente muérete, ya que acá se gana el pan día a día, con trabajo, y no esperando, sin hacer nada, la transferencia del ministro Martínez.

Si no nos consideran Ecuador, vivan pues a su manera, pero no cuenten con que le sigamos pagando la cuenta. La pandemia está sirviendo para que en la periferia la gente despierte y entienda cuál es la verdadera relación de poder y de extracción entre las provincias y la capital.

Al escuchar el estilo y contenido de las declaraciones de M.P. Romo, pidiéndonos más sacrificios para llenar sus arcas, sólo me vienen ganas de luchar por ex terminar al centralismo y reemplazarlo por un estado que sea una verdadera unión de pueblos confederados, donde la plata que aportamos la manejemos nosotros mismos, donde tengamos un régimen de seguridad social diferente (y blindado contra la voracidad de la cuenta única), una normativa laboral distinta, un modelo de gestión propio y eficiente para manejar la salud, la educación y la seguridad pública.

Gobierno central, a ti te digo: tu existencia de nada nos ha servido en esta pandemia, sólo has agravado la crisis y has generado muertes muy por encima de lo que pudo ser. Eres un mal que ha durado más de 100 años, creo que ya te llegó tu hora.

VIVA LA UNIÓN CONFEDERADA DE PUEBLOS ECUATORIANOS